A principios de los 80 Kim había terminado sus estudios de postgrado y necesitaba un trabajo para ganarse la vida y terminar su tesis. Así es como acabó trabajando para el estudio de Roy Frankenfield por 100 dólares semanales. El principal cliente del estudio de Roy era Kenner y hasta ese momento, él mismo se había ocupado de fotografiar los sets de Star Wars.
En principio Kim fue contratado como asistente pero en poco tiempo y sin prononérselo, se vio al frente de la cuenta de Star Wars Kenner, pasando Roy a tareas de oficina. Fue una época de trabajo duro, llegando a fotografiar hasta siete dioramas simultaneamente. Tal vez su imagen más icónica sea la Batalla de Hoth, una escena de 9x5 metros y que llevó una semana entera de trabajo. También hay que destacar que rescató mucho material fotográfico anterior a su llegada al estudio, preservándolo y haciendo posible que se haya podido conservar.
Poco a poco la labor de Kim fue tomándo más protagonismo hasta el punto de comprarle el estudio a Roy en 1988. Fue en esta época, a finales de los 80 y principios de los 90 cuando Kim realizó la transición a lo digital, comprando una computadora con la primera versión de Photoshop y una cámara digital.
En cuanto a preferencias, su película favorita de la saga es El Imperio Contraataca, su personaje predilecto Darth Vader y su linea de juguetes preferida Star Wars Micro Collection.
Actualmente, a parte de algún trabajo fotográfico para diversas empresas, Kim se dedica a la enseñanza. Es considerado una leyenda entre coleccionistas y grupos de fans de Star Wars, asistiendo a congresos y atendiendo a los aficionados interesados por su trabajo. También dirige un proyecto dedicado a la publicación de su ingente archivo fotográfico.
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