Os voy a contar una historia...
Corría el año 2004 en España y el país respiraba felicidad y prosperidad, lo cual no quiere decir que todos fuesen felices, ni que todos prosperasen. En pleno movimiento de expansión blogger, un inquieto treintañero con muchas menos responsabilidades que hoy día decidió abrir una bitácora centrada en su pueblo. Los inicios fueron simplemente fascinantes, muchas horas dedicadas a un hobby que te devolvía muy buenos ratos, contactos con personas realmente increíbles y muchas historias personales de esfuerzo y superación. En cuatro años pasamos de 0 a 1500 visitantes únicos diarios. El proyecto creció y se fueron sumando otras voces. Llegó el 2008 y las redes sociales. Entramos de lleno en ellas superando en muy poco tiempo los 8.000 seguidores.
Llegó el día que, delante de unas cervezas, que como todos sabéis son fuente de inspiración inagotable, saltó la idea de semiprofesionalizar el blog. Pasado el momento etílico, nos pusimos manos a la obra para ver cómo llevar eso adelante pero se nos cruzó en el camino un tal Lehman Brothers, aún no lo sabíamos, pero la mariposa había batido sus alas.
La crisis financiera llegó a España algunos meses después. El cambio del sistema productivo que se estaba originando desde el 2000 con la evolución de la tecnología y la consecuente salida del mercado laboral para miles de personas, solo era percibida en algunos círculos. Con los vientos de ambas crisis soplando con fuerza, llegó la indignación, en algunos casos comprensible, y la polarización de la sociedad, al mismo ritmo que se marchaba la felicidad y la prosperidad. El blog empezó a soportar oleajes de opinión cada vez más encontrados, de nada sirvió intentar mantener la centralidad, que no la equidistancia, de repente éramos enemigos de dos partes cada vez más enfrentadas. A pesar de ello aguantamos 5 años más de presión, durante los cuales las voces que se habían sumado acabaron por dejarlo y, el último, cerró la puerta.
Toda esta historia me sirve para ilustrar que poco me va a sorprender lo que vea por aquí, que los bulos no son de ahora, llegaron hace años y puedo dar un máster de todos los colores sobre ellos, y que sé perfectamente cuando alguien sobrepasa los límites. Por último, también soy consciente que mi papel de mediador no va a dejar contento a nadie.
Starwarseros es foro para hablar de Star Wars, es cierto, pero no por ello podemos restringir las expresiones, los deseos o las ideas que surgen del mundo en el que nos ha tocado vivir. Hacerlo sería censurar y, mientras nadie insulte o menosprecie directa o indirectamente a otro compañero, voy a defender la libertad de expresión de todos los miembros de esta comunidad.
Ojalá en 2004 hubiese ido a casa de mis padres a por mis cajas de juguetes y me hubiese picado el dichoso mal del coleccionismo starwarsero, hoy seguro que podría responder con gusto a todas vuestras dudas, pero no fue así, por lo que me toca seguir aprendiendo.
Espero que la historia se entienda en su justa medida, que os haya gustado y que sirva para cerrar la cuestión.
Saludos a todos